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AMAR A LOS HERMANOS
"Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano" 1 Juan 4:21
INTRODUCCION
Juan nos dice: “amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”. (1 Juan 4:7). El apóstol pide que el amor se compartiera con otros. ¿Cómo podemos amar a aquellos que no nos atraen en forma natural? A los que debemos amar no siempre nos resultan simpáticos, y es fácil que nos apartemos de ellos y le demos nuestro afecto a los que tienen afinidad con nosotros; pero Dios y Cristo nos han dejado ejemplos de amor universal (Mat. 5: 43-45; Juan 3: 16), y anhelan dar a sus seguidores la gracia de amar a todos los hombres, aun a los aparentemente antipáticos. Si oramos por el que no nos agrada, el amor de Dios vendrá a nuestro corazón y se despertará un interés en el bienestar de nuestro hermano. Cuanto más sepamos de él, tanto más se convertirá el conocimiento en comprensión y la comprensión en simpatía, y la simpatía en amor. Así podremos aprender a amar a otro, aun cuando parezca ser muy difícil hacerlo.
El propósito de la lección es mostrar qué es amar y ¿Cómo debemos vivir el amor en su plenitud en nuestras relaciones con Dios y nuestros semejantes?
I. ¿QUÉ ES EL AMOR?
1. Es entrega total
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” 1 Juan 4:19
“El amor”
No se necesita una descripción más amplia de "el amor", pues el sacrificio de Cristo ha revelado el origen divino de todo verdadero amor. Cristo reconocido como Rey del universo, puso su vida incomparablemente preciosa por los miserables pecadores. El acto de Dios de dar a su Hijo (Juan 3: 16) continuará enseñándonos más y más a través de la eternidad acerca de las profundidades del amor infinito (MC 371).
La mejor definición de amor es el carácter y la obra de la Deidad como se revelaron en el plan de salvación, en el que Jesús se dio a sí mismo por nosotros.
2. Es saber que proviene de Dios
“amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”. 1 Juan 4:7
“El amor es de Dios”
Literalmente "el amor, procede de Dios" (BC). Esta es la razón que da Juan para apoyar su exhortación en favor del amor fraternal. Todo verdadero amor tiene su origen en Dios, el único origen del verdadero amor. Todos los que "proceden de Dios", debido a su origen divino manifestarán el amor que viene de su Padre.
II. ¿QUÉ ES AMAR A DIOS?
Cuando amamos a Dios, la reacción natural es guardar sus mandamientos, esto nos da confianza y la seguridad de permanecer juntos: Nosotros en Dios y Dios en nosotros.
1. Es guardar sus mandamientos
“y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” 1 Juan 3:22
“guardamos sus mandamientos”
El pecado, que es desobediencia a los mandamientos de Dios, levanta una barrera entre el hombre y Dios; impide que las oraciones asciendan al cielo e incapacita al hombre para recibir las respuestas que Dios puede tener preparadas para darle. La obediencia a la voluntad de Dios, que se revela en sus mandamientos, es de suma importancia en lo que atañe a la oración contestada. Esta obediencia es posible por medio del poder divino prometido al hijo de Dios.
2. Es hacer las cosas de Dios
“y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” 1 Juan 3:22
“hacemos las cosas”
Debemos hacer algo más que guardar los mandamientos de Dios o evitar transgredir la ley: es necesario que continuemos fielmente haciendo todo lo que es agradable a Dios. Debemos vivir una vida cristiana activa recordando la orden: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto". En otras palabras llevar frutos del espíritu: Haciendo el bien a nuestro prójimo. No basta dejar de hacer el mal, es necesario producir frutos. Un buen árbol lleva frutos, de lo contrario no sirve y habrá que cortarlo (Mat 21:19).
3. Es no confiar en nuestros juicios
“pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas” 1 Juan 3:20
“corazón nos reprende”
La palabra "corazón" puede significar aquí "conciencia" (Mat.5:8). "Nuestra conciencia" (BJ). Una condenación propia innecesaria ha echado a perder más de una experiencia cristiana. Muchos dependen de su propio discernimiento moral para determinar su condición espiritual, y no comprenden que sus conceptos son un criterio insatisfactorio para decidir el estado de su salud espiritual. Juan está consolando a sus lectores desviando su atención de una concentración morbosa en su propia debilidad y elevando su mente a la contemplación de la altura y la profundidad del amor comprensivo de Dios. Es vital que nos demos cuenta, día tras día, que nuestra esperanza de salvación debe descansar en Jesús y su obra en nuestro favor.
"El hombre no puede, por sí mismo, hacer frente a estas acusaciones del enemigo… Jesús, nuestro Abogado, presenta una súplica eficaz en favor de todos los que mediante el arrepentimiento y la fe le han confiado la guarda de sus almas. Intercede por su causa y vence a su acusador con los poderosos argumentos del Calvario." (MGD 316).
III. ¿QUÉ ES AMAR A LOS DEMÁS?
1. Es amar con hechos
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” 1 Juan 3:18
“De hecho”
El amor expresado mediante palabras bien escogidas es laudable; pero Juan reprocha el amor que se limita a palabras cuando se necesita ayuda práctica, de hechos. El hogar es el lugar donde el amor debe manifestarse A veces, aun las cosas más pequeñas pueden enviar un mensaje poderoso de amor y aceptación: una ayuda extra en las tareas de la casa, una comida agradable, una salida especial de toda la familia junta; lo que sea. Hay muchas maneras en que podemos manifestar amor. El amor piensa primero en los demás; más aún, actuará sobre la base de esos pensamientos.
2. Es amar de verdad
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” 1 Juan 3:18
“y en verdad”
Hay quienes practican la bondad sin sentir verdadero amor por aquellos a quienes ayudan. Quizá sólo los mueva un sentimiento de deber o un deseo de ganar las alabanzas de los hombres. Por eso Juan destaca la necesidad de un amor genuino. Nuestros actos de amor deben ser inspirados por un afecto genuino hacia otros, especialmente para los necesitados.
CONCLUSION
El plan de salvación demuestra el amor de Dios hacia los pecadores. Tenemos la responsabilidad de mostrar ese amor a otros.
Alfredo Padilla Chávez
Pastor IASD Puente Piedra “A”
Escríbenos a: apadilla88@hotmail.com
LIMA PERÚ
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